Para el sector metalúrgico y metalmecánico, en tanto, la estimación de los niveles de producción para 2021 se sitúa en torno al 8%.
El buen ritmo que hasta el momento ha logrado el proceso de vacunación de la población nacional, que sitúa a Chile como líder en América Latina en esta materia, está generando que los distintos sectores económicos eleven sus pronósticos de crecimiento para este año. Es el caso del sector metalúrgico metalmecánico, que en un análisis realizado en conjunto con Econsult, subió la estimación de crecimiento para el país en torno al 6%, y la de la industria metalúrgica metalmecánica a alrededor del 8%.
“El escenario base considera una vacunación temprana en Chile, con lo cual el crecimiento del PIB se ubicaría en torno al 6%”, sostuvo el presidente de ASIMET, Dante Arrigoni.
En un análisis realizado en conjunto entre el gremio y Econsult, el timonel de ASIMET agregó que una postergación en la velocidad de vacunación podría llevar esta cifra a valores entre un 4,5% y un 5%, y que, de generarse un fuerte rebrote, el crecimiento estaría más cercano al 1% y 2%.
“Sin embargo, el excelente desarrollo que ha tenido hasta el momento el plan de vacunación nos hace ser optimistas respecto de la velocidad con que el país y la actividad económica en general podrán retornar a la normalidad, y retomar el ritmo de las actividades”, sostuvo Arrigoni.
Cabe recordar que recientemente el FMI proyectó un crecimiento del PIB para Chile en 2021 de un 5,8%, mientras que el Banco Central lo hizo en un 5,2%. El Gobierno, en tanto, ha señalado que apuesta por un 5%.
El Informe de Percepciones de Negocios publicado esta mañana por el Banco Central destaca que “el desempeño de gran parte de los negocios volvió a retroceder”.
El Banco Central publicó este jueves su Informe de Percepciones de Negocios (IPN) correspondiente a febrero de 2021, en el que se destaca que “el desempeño de gran parte de los negocios volvió a retroceder en lo más reciente”.
Esto, afirmó, “tras un repunte importante entre fines del tercer y comienzos del cuarto trimestre del 2020”, añadiendo que la situación más compleja se vive en la macrozona sur del país debido a “la cantidad de comunas en las fases más restrictivas del plan paso a paso”.
En tanto, los servicios y actividades que requieren “más interacción social” continúan entre los rubros más alicaídos, subrayó el Central, mientras que los sectores ligados al mercado externo, como la minería, el rubro salmonero y el forestal mantienen “una actividad dinámica. Por su parte, el comercio y parte de la industria “se sigue beneficiando del impacto del retiro de los ahorros previsionales en el consumo”.
Con todo, el ente rector recalcó que “en especial por la evolución de la situación sanitaria y su efecto en los ingresos de las empresas, las decisiones de inversión y los planes de contratación de personas”.
En esa línea, el banco expuso que una fracción de los empresarios entrevistados para el informe indicó que de producirse un retroceso a la Fase 1 (cuarentena) en la zona en que operan, “el impacto en su actividad sería menor que en el 2020, pues ya han adaptado sus operaciones a las restricciones sanitarias”. Sin embargo, entre las firmas más ligadas a los servicios se señaló que, en caso de materializarse este retroceso, “se podría comprometer la supervivencia del negocio”.
Por otro lado, “la mitad de los consultados invertirá en 2021 y una fracción mayor lo hará en 2022”, sostuvo el Banco Central, y agregó que “los proyectos siguen enfocados principalmente en renovar infraestructura existente y automatizar procesos”. Asimismo, “la posibilidad de adquirir nuevos créditos se ve limitada por la mayor carga financiera que presentan las empresas, lo que se complica especialmente en los rubros más afectados por el distanciamiento social”, apuntó.
“Dos tercios de quienes responden la encuesta indica tener un crédito bancario y cerca de la mitad de ellos manifiesta que ha sido difícil pagar sus obligaciones, debiendo hacer recortes en otros gastos para enfrentar a esta situación. En todo caso, las condiciones para acceder al crédito siguen, en general, favorables y las necesidades de financiamiento se encuentran cubiertas para una fracción mayor de empresas”, acotó.
Mercado laboral y escasez de mano de obra
Sobre el mercado laboral, el informe indicó que “sigue primando la estabilidad, aunque algunos informan de nuevas desvinculaciones y se menciona una menor disponibilidad de mano de obra de menor calificación”.
En ese sentido, el Banco Central detalló que cerca del 30% de quienes responden la encuesta han efectuado despidos en los últimos tres meses. “Los entrevistados que han efectuado este tipo de ajuste indican que se ha debido al retroceso en el plan paso a paso o por la debilidad en el flujo de caja”, expuso.
En todo caso, para 2021 “prevalece la visión de mantener la dotación actual, con una fracción menor que anticipa leves aumentos. Y la escasez de mano de obra, originada por diversos motivos, añadió el texto, “se relata especialmente en rubros como la construcción y la agricultura, lo que, en algunos casos, ha provocado alzas de sueldos en esos sectores”.
Por último, cerca del 60% de los encuestados advirtió una menor disponibilidad de materias primas o insumos comparado con un año normal, “en lo que impactan temas logísticos, problemas en la producción o el agotamiento de stocks”.
“No se advierte una tendencia clara respecto de la evolución de los precios, equiparándose los consultados que indican aumentos con aquellos que han tenido disminuciones e identificándose ambos grupos con sectores específicos. A tres meses, sin embargo, las respuestas se inclinan hacia un incremento”, concluyó.
Fuente: Emol economía, febrero 04 de 2021

Francisco Plass Socio Canales_Parga Abogados Laborales
Hace años ya que se viene hablando del reemplazo masivo de las funciones que llevan a cabo seres humanos, por máquinas o tecnología, en los distintos quehaceres de la economía. Se dice que éstas hacen el trabajo mucho mejor y con menores costos económicos, no generan conflictos, no se accidentan e incluso tienen la capacidad de aprendizaje, con una especie de inteligencia, que se denomina artificial, es decir, que imita las funciones cognitivas de la inteligencia humana, tales como aprender, razonar o resolver problemas.
En países como España se ha llegado a discutir la cotización previsional de las máquinas o tecnología, en el escenario de un reemplazo tecnológico masivo, para que el sistema de seguridad social no colapse al tener una baja tasa de cotizantes personas. Existen adeptos y detractores de la iniciativa, sin embargo, más allá de la postura que se adopte, el asunto da cuenta de una realidad que comienza poco a poco a ser más relevante y alarmante.
Es bueno recordar el valor que aporta el ser humano y que difícilmente será reemplazado por las máquinas o tecnología. Este ejercicio es sumamente importante para no deshumanizar el trabajo, y servirse de la tecnología como lo que es. En otras palabras, la relevancia de las máquinas no nos puede hacer caer en el error de que el trabajo pierda la variable humana tan necesaria, sobre todo hoy; la empatía e implicación con el otro, la comunicación, la iniciativa, la creatividad, el trabajo en equipo, la adaptabilidad, la contención y el aporte social, son elementos importantes para la búsqueda de la felicidad en el trabajo.
La tecnología al servicio del trabajo humano es vital, y nadie sensato podría pensar que, por ejemplo, el rápido procesamiento de información o la notable ayuda en la toma de decisiones que aporta la tecnología no sea un enorme avance y ayuda para el ser humano y su industria. Sin embargo, la focalización en el recurso tecnológico sí nos lleva a creer, de algún modo, que el ideal del trabajo humano es como el que hace una máquina.
El paso inmediato en esto es comenzar a relacionarnos en el trabajo, con nuestros pares, como lo hace una máquina. Es aquí donde debemos esforzarnos en aportar lo verdaderamente humano y el valor que ello tiene en el trabajo. En este sentido, Bill Gates ha dicho que con la revolución tecnológica las personas dejarán de hacer tareas tediosas y se dedicarán a lo propiamente humano, como la empatía y comprensión como fuente de resolución de problemas en las empresas, con clientes y proveedores.
La relación entre personas y el aporte que ello deja al trabajo es la fuente de más perfecta felicidad para los trabajadores. ¡Pensemos en tareas en las que pasamos largas horas con nuestros compañeros, colaboradores o equipo! Pues bien, es esto lo que no se debe descuidar, sin quitarle el mérito ni dejar de valorar el aporte que la tecnología tiene en muchas áreas específicas de la realidad laboral. El trato entre personas es finalmente insustituible, y fuente de la más perfecta realización personal.
Ninguna interrelación es capaz de perfeccionar tanto a un trabajador como un compañero de trabajo, y no solamente por lo que puede aprender de él en conocimiento duro (lo cual también es posible con una herramienta tecnológica), sino que fundamentalmente por el trato humano.
Fuente: Diario Financiero, febrero 02 de 2021
Un 10,3% fue la tasa de desocupación en Chile durante el trimestre octubre-diciembre de 2020 de acuerdo a la información registrada este viernes en la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La cifra implicó un ascenso de 3,2 puntos porcentuales (pp.) en doce meses, producto de la reducción de la fuerza de trabajo (-8,5%) menor a la presentada por los ocupados (-11,7%), y el incremento de 33,3% en los desocupados, incididos únicamente por los cesantes (40,8%).
Según sexo, la tasa de desocupación de mujeres se situó en 10,9%, aumentando 3,2 pp. en doce meses. En tanto, la tasa de desocupación de los hombres fue de 9,8%, registrando también un alza anual de 3,2 pp.
Los ocupados tuvieron una disminución de 11,7%, incididos más por las mujeres (-15,6%) que por los hombres (-8,8%). Por su parte -debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo-, el segmento de ocupados ausentes (que representó el 8,0% del total de ocupados), creció un 20,9%, equivalente a 111.452 personas.
La contracción de los ocupados fue mayor en los sectores económicos de comercio (-10,8%), agricultura y pesca (-21,4%) y alojamiento y servicio de comidas (-35,3%). En tanto, por categoría ocupacional, el descenso se observó principalmente en asalariados formales (-7,2%) y trabajadores por cuenta propia (-14,7%).
La tasa de ocupación informal alcanzó 27,0%, decreciendo 1,4 pp. en doce meses. Asimismo, los ocupados informales disminuyeron 16,2%, incididos en mayor medida por las mujeres (-23,1%), frente a un -10,7% en los hombres, y por trabajadores por cuenta propia (-15,5%).
En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo aumentó 19,4%, influida por los inactivos habituales (13,1%) y los inactivos potencialmente activos (62,8%), personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar (fuerza de trabajo potencial).
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente fue 11,0%, retrocediendo 0,2 pp. con respecto al trimestre móvil anterior, como consecuencia del crecimiento de la fuerza de trabajo (0,5%) y de los ocupados (0,7%), junto con el retroceso de los desocupados (-1,5%). El aumento trimestral de ocupados fue de 55.315 personas.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados, descendió 12,3%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 0,7%, llegando a 36,9 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 21,6%, con un incremento de 7,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 18,8% y en las mujeres, en 25,4%. La brecha de género fue 6,6 pp.
Por su parte, en la Región Metropolitana la tasa de desocupación del trimestre octubre-diciembre de 2020 alcanzó 11,4%, aumentando 3,9 pp. en doce meses, producto de la baja de 4,8% de la fuerza de trabajo, inferior en magnitud a la variación registrada por los ocupados (-8,8%). Los desocupados se expandieron 44,7%, incididos exclusivamente por los cesantes.
En el contexto de la contingencia generada por la pandemia de COVID-19 en Chile, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha adoptado, a contar de marzo de 2020 y hasta que las condiciones lo requieran, una serie de medidas para dar continuidad a la recolección de datos de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE). Estas medidas -complementadas con el seguimiento de las recomendaciones de organismos internacionales (CEPAL-OIT), además de las buenas prácticas de otras oficinas de estadística en el mundo- se describen en la nota técnica que acompaña las publicaciones de estos boletines.
Fuente: Diario Estrategia, enero 29 de 2021
La docente que trabaja en la provincia del Huasco decidió que las clases virtuales no eran suficientes, por lo que optó por repartir los materiales puerta a puerta y poder entregar sus conocimientos a los 21 estudiantes en sus casas.
Tiene 52 años y es profesora en la provincia del Huasco, en la región de Atacama. Sin embargo, la pandemia de coronavirus obligó a suspender las clases presenciales en la escuela donde Cicilia Gatica trabaja.
Eso sí, se encargó de que sus 21 estudiantes nunca dejaran de aprender en la crisis sanitaria, aunque significara andar a caballo hasta 8 horas al día.
La profesora Cicilia entrega puerta a puerta los materiales necesarios a sus estudiantes para que realicen sus estudios y visita semana por medio a cada uno de los alumnos que viven en sectores cordilleranos y que no tienen acceso a Internet ni computador.
Fue este esfuerzo, que sin duda marca la diferencia, el que le valió no sólo las sonrisas y agradecimientos de los niños y sus familias, sino que también el premio Nuevos Héroes 2020, el que destaca a chilenos y chilenas que ayudan a otros en medio de la pandemia.
Angelo Ciuffardi, subgerente de Gestión de Grupos en Caja Los Héroes, comentó que “su caso es digno de visibilizar y digno de aplaudir por todos. Le hacen tan bien a nuestro país personas como ellas“.
En tanto que la misma profesora comentó que “todo esto nos ayuda a un crecimiento profesional, para atender mejor a nuestros niños y niñas, para poder entregar mejor aprendizaje“.
“El entrar en los corazones, en los hogares, a mí me permitió conocer y hacer un diagnóstico, reflexionar del trabajo que estuve haciendo porque el trabajo de acá para delante es diferente“, agregó.
El Covid-19 reivindicó la relevancia del monitoreo de la salud mental de los trabajadores y se ha pasado a la acción.
“Se necesita urgente psicólogo/a”. Eso dice un típico anuncio disponible en un sitio de empleo en Internet por estos días. Pero la oferta no es de cualquiera. Se trata de una “empresa de servicios transitorios”. Más abajo se lee otra oferta similar, esta vez, de una firma del rubro comercial.
Dos ejemplos de un cambio de paradigma que trajo la pandemia. Y es que la llegada del Covid-19 tuvo varios coletazos que llegaron a modificar la cultura organizacional de las compañías, reivindicando temáticas que hasta hace unos años eran ignoradas por parte de los ejecutivos, como es el caso de la salud mental.
“Las compañías están armando planes de contención para sus colaboradores”, dice Elizaveta Hodireva, directora de DNA Human Capital.
Esta nueva realidad modificó el formato de trabajo -ahora remoto- en distintos sectores productivos, añade, asumiendo además que no había experiencia en esta materia. “Las gerencias de recursos humanos han tomado un rol importante en esto, liderando el diseño de planes y estrategias”, apunta.
“Efectivamente, existe una tendencia, las empresas están contratando psicólogos o internos para estabilizar la psicología de los colaboradores en relación al impacto que la pandemia ha tenido. (…) el aislamiento de las personas ha efectado a los colaboradores”, afirma Joaquín Jiménez, director de la agencia reclutadora de personal The Bonding.
En este tiempo, las mutuales han sido testigos en primera línea de este fenómeno, reconociendo que la preocupación de las empresas ha crecido y de manera transversal.
La jefa de riesgo psicosocial de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), Daniela Campos, afirma que desde el inicio de la pandemia la preocupación por la salud mental de los trabajadores ha ido en aumento. Primero, explica, respecto a los aspectos psicológicos del teletrabajo, luego sobre estrategias rápidas de gestión de emociones, para llegar a este momento en donde las empresas están buscando iniciativas para disminuir el impacto en la salud mental de los colaboradores.
Como entidad, precisa que ya han asesorado a más de 80 mil trabajadores en temas relacionados con la salud mental y el Covid-19.
Prácticas permanentes
La directora del Departamento de Medicina del Trabajo de la Mutual de Seguridad, Carmen Archila, agrega que las firmas no están incorporando únicamente psicólogos a sus planillas.
También han adoptado medidas como incorporar a sus equipos de trabajo personal de salud, como médicos, enfermeros y terapeutas, que les permitan orientar de manera específica sus planes para abordar dichos efectos.
Según relatan las expertas, ya sea a través de un servicio externo o interno, siempre es recomendable que las empresas monitoreen este tema. Sin embargo, sinceran que no todas tienen capacidad para hacerlo, por ejemplo las PYME.
A raíz de esto, como Mutual pusieron a disposición un plan integral de salud mental, para todas las firmas.”En ella, atienden psicólogos expertos en la intervención de crisis, quienes les entregan a los trabajadores herramientas que los ayudan gestionar sus emociones ante los nuevos desafíos que implica convivir con la pandemia por Covid-19″, describe.
Y si bien se ha tratado de una tendencia que llegó como respuesta a la emergencia sanitaria, los expertos creen que debería ser una política permanente de las firmas monitorear la salud mental.
“Esta es una práctica que se deberia mantener, es un beneficio para acercarse a los trabajadores y para saber cómo acompañarlos y para conocerlos”, dice Hodireva.
Fuente: Diario Financiero, diciembre 23 de 2020
Informe de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) da cuenta de un repunte a partir del período julio-septiembre, sobre todo en los sectores minería, inmobiliario y obras públicas.
El inicio de la reapertura gradual de la economía ha comenzado a tener efectos prácticos. La actividad dejó atrás las caídas de dos dígitos y el empleo está recuperándose lentamente, aunque aún lejos de compensar los 1,8 millones de puestos perdidos durante la crisis.
El levantamiento de las restricciones de movilidad también ha permitido que los proyectos de inversión en diversas áreas se reactiven, lo que a su vez es sinónimo de una mayor demanda de trabajadores en las faenas, tal como lo reflejó el último informe elaborado por la Corporación de Bienes de Capital (CBC) correspondiente al tercer trimestre.
El registro, que considera proyectos de inversión para el quinquenio 2020-2024, da cuenta de que a partir de agosto se superaron las 80 mil plazas promedio requeridas en el país. Pese al avance, se trata de un número menor al promedio de más de 120 mil observado antes del inicio de la emergencia sanitaria, que provocó que en el primer y segundo trimestre la demanda se redujera dramáticamente.
Según la CBC, el peak de demanda para el lapso 2020-2024 se alcanzó en octubre, con 161.321 personas empleadas en 629 faenas simultáneas en distintas obras.
“A contar de febrero de 2020, el país comenzó a experimentar, de forma progresiva y en aumento sostenido, los embates de la pandemia provocada por el Covid 19. Dicha situación ha tenido efectos transversales en todos los sectores de la economía, siendo el factor principal, la ralentización y/o paralización de faenas”, enfatiza la corporación en su informe.
En particular, agrega, “esto sucede en la ejecución de los proyectos, cuando el factor más intensivo, es la mano de obra”.
Luego del máximo alcanzado en el décimo mes del presente año, los requerimientos por trabajadores se calcula que inició una curva descendente a partir de noviembre pasado, para reducirse a alrededor de unas 80 mil plazas a fines del próximo año y a apenas cerca de 40 mil para el fin del quinquenio (ver gráfico).
De todas maneras, se estima que la situación hacia adelante podría cambiar en la medida que ingresen nuevas iniciativas de inversión con cronogramas definidos.
Los rubros que lideran
Trimestralmente, la entidad catastra las iniciativas de inversión en el sector privado y estatal con plazos establecidos para los próximos cinco años, con indicadores como la intensidad de la inversión (gasto ejecutado en las obras) y la demanda por trabajadores para cada una de las fases de diseño y construcción.
En esta oportunidad, la CBC detectó 949 obras para el período, las que representan inversiones por US$ 60.899 millones hacia 2024.
Minería, obras públicas e inmobiliario tuvieron una fuerte incidencia en el peak alcanzado en octubre. Así, la minería aportó con un máximo de 40 mil plazas en el décimo mes del año, inmobiliario con 42 mil y obras públicas también con 42 mil puestos en el período. Más atrás se ubica energía (16 mil), forestal (11 mil), industria (5 mil) y tecnología (3 mil).
La mayor concentración de proyectos en construcción durante el peak de contratación se encuentra en la Región Metropolitana, con una cartera de 201 iniciativas y una demanda promedio mensual de 54 mil puestos laborales.
Le sigue la región de Antofagasta con 58 proyectos y 21.551 trabajadores, respectivamente; y Biobío con 38 y 14.529; Mientras, en el extremo opuesto se ubica la región de Aysén, que registra sólo 8 iniciativas activas con una demanda promedio mensual de 1.142 trabajadores.
Fuente: Diario Financiero, diciembre 22 de 2020
“Si todo sigue en la misma senda de estos últimos tres meses, la tendencia es que estamos viendo una recuperación del mercado laboral”, dijo la directora de la entidad en la presentación de los datos.
La tasa de desempleo del trimestre agosto-octubre alcanzó el 11,6% y los desocupados se mantuvieron por sobre el millón de personas, según el informe dado a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Sin embargo, el dato representa una tercera caída consecutiva a nivel de trimestre móvil.
Así, la tasa se ubicó por debajo del 12,3% anotado en el trimestre julio-septiembre y del 12,9% registrado en junio-agosto. Asimismo, el registro dado a conocer hoy se ubicó por debajo de las expectativas del mercados, el cual, según una encuesta realizada por Bloomberg, esperaba que se el porcentaje se posicionara en 11,7%.
De acuerdo al INE, el 11,6% anotado en el trimestre analizado significa un incremento de 4,5 puntos porcentuales en doce meses, producto de las reducciones de la fuerza de trabajo en 10,5% y de los ocupados en 14,8%.
Por su parte, los desocupados aumentaron 45,1%, incididos únicamente por los cesantes (53,0%). Según sexo, por quinto período consecutivo en la serie, la tasa de desocupación de hombres (11,8%) es mayor a la de mujeres (11,2%).
En cifras, la fuerza de trabajo alcanzó los 8,6 millones de personas y los ocupados los 7,6 millones. Asimismo, los ocupados informales fueron 1,9 millones en el trimestre analizado y los desocupados fueron 1.003.910 personas. Por su parte, los inactivos se ubicaron en 7 millones.
“Ya vemos una tendencia a la baja en la tasa de desocupación y vemos que en este ultimo trimestre los empleos aumentaron en alrededor de 300 mil personas ocupadas, pero hay que tener mucho ojo en esta gran población que tenemos todavía en la fuerza de trabajo potencial”, dijo la directora del INE, Sandra Quijada.
En ese sentido, profundizó que “hay mucha gente ahí que en algún momento va a salir a buscar empleo y podría presionar la tasa de desocupación. Pero si todo sigue en la misma senda de estos últimos tres meses, la tendencia es que estamos viendo una recuperación del mercado laboral“.
Ocupados y ocupados ausentes
En doce meses, la estimación del total de ocupados decreció 14,8%, incidida tanto por las mujeres (-17,7%) como por los hombres (-12,6%). Por su parte, debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo, los ocupados ausentes, que representaron el 11,7% del total de ocupados, crecieron 47,9%, equivalente a 290.643 personas.
Fuente: Emol Economía, noviembre 27 de 2020
No hay dos miradas sobre cuál ha sido el impacto más severo de la crisis sanitaria: la fuertísima caída en la ocupación. En efecto, mientras en los nueve primeros meses del año el PIB registró una disminución de 7,9%, la ocupación lo hizo a un 12,5%, afectando en mayor medida a mujeres, con una caída del empleo de 14,6%, y a sectores de menor escolaridad, cuyo empleo ha caído casi un 20%, generando un retroceso importante en materia de pobreza y vulnerabilidad.
La prioridad debe ser entonces la generación de puestos de trabajo, especialmente enfocada en los sectores de menores ingresos, que son además los más afectados por el acelerado proceso de automatización que estamos viviendo. El problema está siendo enfrentado por las políticas públicas y en una forma que parece apropiada en esta coyuntura, a través de tres herramientas principalmente: el plan de protección al empleo, que sigue cubriendo a cerca de 750 mil trabajadores, el ingreso mínimo garantizado, que llega a algo más de 260 mil trabajadores, y los recientes subsidios al empleo, a través del plan “Regresa” pensado para aquellos trabajadores acogidos al plan de protección, y el plan “Contrata”, enfocado en nuevas contrataciones, que cuenta con un presupuesto de algo más de US$ 2.000 millones. Se suma a este esfuerzo el plan de inversión pública, con un aumento del presupuesto del MOP de más de 30% en términos reales. Sin duda, el esfuerzo de políticas públicas en el corto plazo es significativo.
Sin embargo, se requiere también un foco en una agenda más de mediano plazo, una vez superada esta emergencia, de tal manera de eliminar el componente asistencialista de los programas de empleo. No es sostenible una situación en que sea el Estado el que pague parte de los sueldos de los trabajadores, porque se terminan por dañar los incentivos a aumentar la productividad. Es muy llamativo que el presupuesto de capacitación laboral para 2021 sea algo más de US$ 100 millones, y estemos gastando más de 20 veces esa cifra en subsidios de empleo. En el mediano plazo la relación se debería revertir, con el objetivo clave de que las políticas públicas en materia laboral, más que “entregar pescado, enseñen a pescar”. De esa forma se contribuye en forma simultánea a lograr mejores ingresos laborales, contribuir a la productividad y aumentar la tasa de crecimiento económico.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 25 de 2020

De las 284 mil plazas laborales generadas en octubre, sólo 80 mil fueron ocupadas por mujeres.
Participación laboral femenina disminuyó 0,2 puntos el mes pasado, mientras que en los hombres creció 2,3 unidades en comparación con septiembre.
El mercado laboral sigue recuperando terreno tras el golpe que le generó el coronavirus y las medidas de confinamiento para controlar la pandemia. De acuerdo con el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, la cantidad de personas ocupadas en el país -como porcentaje de quienes pueden hacerlo- se ubicó en 46,8% en octubre.
Esto significó un alza de 1,8 puntos porcentuales frente a septiembre, lo que implicó la creación de 284 mil puestos de trabajos. De ellos, 204 mil fueron para hombres y sólo 80 mil para mujeres.
Comparado con el punto más bajo de julio, se han creado unos 722 mil puestos conforme al análisis del director del centro, David Bravo. Ello, según sus cálculos, equivale a una recuperación del 28% de lo perdido. Por género, se traduce en que 417 mil plazas han sido para hombres y 305 mil para mujeres.
Si bien todo ello da luces de una mejora, en octubre los ocupados llegaron a 7,34 millones de personas, lo que si se compara con igual mes de 2019 -considerando los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)-, se han perdido 1,6 millones de trabajos.
“La caída fue abrupta, la recuperación está siendo gradual”, enfatizó Bravo.
Un repunte de distinta magnitud
Por género, la tasa de ocupación en los hombres se recuperó 2,6 puntos respecto del mes anterior al ubicarse en 56,2%. En las mujeres subió un punto al situarse en 37,8%.
Con esto, tomando como referencia el peor registro de julio, significa que mientras los hombres han logrado recobrar el 30% de los puestos laborales destruídos, las mujeres sólo han avanzado un 26%.
Es así como en el décimo mes del año, en términos anuales los hombres exhiben una caída de 16,8% equivalentes a 876 mil personas menos, mientras que la de las mujeres fue de 20,5%, lo que corresponde a 784 mil ocupaciones menos.
La tasa de participación, que muestra el número de personas en la fuerza de trabajo expresado como porcentaje de la población en edad de poder hacerlo, se ubicó en 50,8%, lo que implicó un avance de un punto respecto a septiembre.
Este indicador revela que mientras en el caso de los hombres crece 2,3 puntos, en las mujeres cae 0,2 puntos con lo que se ubica en 61,4% y 40,6%, respectivamente.
En cuanto al segmento de personas inactivas, la consulta evidencia que en la última semana de octubre de las 886 mil personas que declararon que habían estado buscando trabajo si no nos encontráramos en la actual crisis sanitaria, el 57,4 % son mujeres.
“Sabemos que las condiciones objetivas para la recuperación del empleo femenino no están dadas”, advirtió Bravo.
En este sentido, reiteró que la suspensión de los establecimientos educacionales y de jardines infantiles son el principal obstáculo para la reinserción femenina.
“Hay un problema acá estructural y creo que vamos a necesitar una recuperación -como muchos han señalado- con enfoque de género”, cerró el economista.
Fuente: Diario Financiero, noviembre 18 de 2020