Señor Director:
La reciente solicitud de reorganización judicial de Edyce Metalúrgica, empresa emblemática del Biobío con más de 70 años de trayectoria, debe ser entendida como una señal de alerta para todo el país. No se trata solo de una compañía en dificultades: refleja la compleja realidad que vive gran parte de la industria nacional, hoy presionada por costos crecientes, reglas desiguales de competencia y un mercado cada vez más inundado por importaciones que no siempre cumplen los mismos estándares exigidos en Chile.
La industria manufacturera chilena aporta algo que es difícil de reemplazar: empleo de calidad, formal, estable y calificado. Cuando una empresa industrial se debilita, no solo disminuye la producción; también se afectan oficios, capacidades técnicas y cientos de puestos de trabajo bien remunerados que sostienen a familias y comunidades completas, especialmente en regiones como la del Biobío.
Hoy nuestras empresas compiten frente a bienes importados que, en muchos casos, podrían estar llegando con precios distorsionados, con eventuales subsidios o sin las exigencias laborales, ambientales o de seguridad que sí deben cumplir los productores locales. Esta cancha inclinada es un cóctel perfecto para erosionar la base productiva del país y empujar a los empresarios nacionales a abandonar la actividad industrial para transformarse en simples importadores, con menor aporte al empleo y al desarrollo.
Desde ASIMET reiteramos que Chile necesita con urgencia una política industrial moderna y herramientas de defensa comercial eficaces. Fortalecer a la industria chilena es fortalecer el empleo de calidad, la autonomía productiva y la capacidad de crecimiento del país. Ignorar esta tendencia solo nos llevaría a más casos como el de Edyce y a una pérdida irreparable de capacidades construidas durante décadas.
Gustavo Alcázar
Presidente Comité Regional ASIMET Biobío
Asimet, noviembre 28 de 2025
