Llevamos años, quizás décadas, alertando sobre la necesidad de que Chile aumente de manera significativa sus inversiones en I+D, pues solo de esa manera podremos alcanzar el estatus de nación desarrollada. Baste recordar que nuestro país, con una cifra de inversión en esta materia que en los últimos años se ha estancado en alrededor del 0,36%, se ubica en el último lugar del ranking de la OCDE en este ítem.
Es por ello que la inversión de 192 millones de dólares que anunció Corfo para el proyecto de Instituto de Tecnologías Limpias, un monto histórico para Chile, era una noticia excepcional y esperanzadora para nuestras expectativas de desarrollo. Sin embargo, la adjudicación de este proyecto a un consorcio de universidades mayoritariamente extranjeras nos hace cuestionarnos sobre la real existencia de una estrategia planificada y de largo plazo por parte del Estado respecto del modelo de crecimiento que queremos para nuestro país.
Parece un contrasentido que si Chile tiene un Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Corfo le entregue el desarrollo de las energías verdes, y todo el círculo virtuoso y encadenamiento productivo que ello conlleva, a un consorcio conformado mayoritariamente por universidades extranjeras. Y en ese sentido nos asaltan varias preguntas, cómo, ¿qué otros países similares al nuestro –y con una estrategia de desarrollo moderna- habrán hecho algo semejante? ¿Cuántos chilenos trabajarán en ese proyecto, para poder hablar así de que el conocimiento adquirido quedará en Chile? ¿Qué opina al respecto el ministro de Ciencia?
Por otra parte, un proyecto como el señalado debe además contar, al mismo tiempo, con una iniciativa similar en materia industrial, ambos deben ir de la mano para aportar al desarrollo y el bienestar de las personas. Lamentablemente, en el caso de la industria en Chile, ella no ha contado con el apoyo decidido del Estado, ni tampoco con la convicción, para fomentar su crecimiento.
Como ASIMET hemos insistido en la necesidad de que el Estado apoye con políticas públicas el desarrollo de la industria nacional, pero la elección por parte del Gobierno de un consorcio extranjero para la activación de un proyecto tan emblemático nos hace dudar, o al menos ser escépticos, respecto de una estrategia industrial que nos lleve por la senda correcta del crecimiento.
Dante Arrigoni C.
Presidente ASIMET
Asimet, enero 07 de 2021